Ante los recortes sociales, movilización y lucha.

La creciente situación actual de asalto indiscriminado hacia la población en general y las clases más desfavorecidas, en particular,  está provocando una oleada de movilizaciones tanto a nivel estatal como a nivel local que quieren poner en evidencia que mucha gente no se va a dejar doblegar tan facilmente en pos de los intereses de unos pocos.
Desde la Asamblea de Gamonal no vamos a permanecer al margen de dichas movilizaciones y daremos nuestro apoyo y difusión, especialmente a aquellas que se desmarquen de las protestas dictadas por el sindicalismo oficialista y colaboracionista con los poderes económicos que rigen nuestras vidas. Ejemplos pueden ser la lucha que tienen las limpiadoras del antiguo hospital todos los Jueves o la convocatoria de lucha del 26 de Septiempre que han organizado CGT Y CNT.

Desde la Asamblea se ha redactado un texto que expone a las claras nuestro posición y apoyo a dichos eventos:
Todos y todas somos conscientes de los recortes y tijeretazos que el poder está aplicando a los llamados «servicios públicos», fundamentalmente educación y sanidad, pero también prestaciones y asistencia social.

Desde hace décadas los partidos políticos del régimen nos decían que la paz social estaba lograda, que vivíamos en una sociedad justa y que el estado compensaría las desigualdades sociales. Para ello instauraron una sanidad dirigida por políticos, técnicos, burócratas y empresas farmacéuticas. Una educación pública, privada o concertada que nunca ha permitido un verdadero pensamiento crítico y que se limitaba a formar mano de obra, a poder ser sumisa y obediente. Y para cerrar el círculo de este supuesto «estado del bienestar», unas pensiones en muchos casos ridículas y unas prestaciones sociales que, en el mejor de los casos, impedían que cayéramos en la mendicidad. ¿Acaso vivíamos en el mejor de los mundos posibles?

Ahora que los bancos, los especuladores y el gran capital presionan para que el estado español desmantele sus servicios públicos y despida o sobreexplote al funcionariado, vemos que millones de personas (la clase trabajadora al completo) son dramáticamente afectadas por estas medidas. No sólo los y las funcionarias que se quedan sin empleo o paga de navidad; el resto también vemos limitada nuestra atención sanitaria y nuestras prestaciones, y nos quedamos con una educación cara, elitista y sin medios. Desde la Asamblea de Gamonal entendemos que hay que superar el enfoque corporativista, según el cual cada colectivo lucha por separado. No vale la pena que defendamos nuestra parcela, sino que podemos crear redes de resistencia frente a los ataques del capitalismo y a la vez crear un tejido social solidario en el que todas y todos nos apoyemos para sobrevivir dignamente.

Desde la Asamblea 15-M de Gamonal estamos poniendo en práctica diversos modos de autoorganización, como pueden ser los mercados de trueque, la huerta colectiva, los talleres en los que compartimos conocimientos o la recuperación de espacios que las entidades financieras dejan vacíos, impidiendo que se dé un uso común a estos recursos. Estos ejemplos son modestos, pero entendemos que podemos ir mucho más allá. ¿Dejaremos que los centros cívicos se cierren y cojan polvo? ¿Permitiremos que residencias estudiantiles, bibliotecas, salones de actos y lugares de ocio juvenil y comunitario queden abandonados? ¿Seguiremos comprando comida cara, transgénica o llena de pesticidas, a los grandes supermercados?

Para la asamblea de gamonal existe una alternativa. Podemos intentar gestionar nuestras vidas colectivamente. Los servicios públicos, que deben ser lo común, y no necesariamente lo estatal (pues sabemos quién dirige realmente este estado), pueden ser participados por todas las personas que tienen relación con ellos. ¿Es realmente imposible la implicación directa, no sólo del profesorado, sino también de familiares y del alumnado, en la organización de la educación? ¿No tenemos nada que decir los y las usuarias de la sanidad? ¿Debemos dejar todas las decisiones a políticos y tecnócratas que tienen como prioridad dar beneficios al capital privado?

Ejemplos de autogestión hay muchos , en todo el mundo: las fábricas ocupadas por los trabajadores y trabajadoras en Argentina, o el ejemplo de CYFISA en Burgos; la gestión colectiva de espacios ocupados o recuperados por el vecindario de los barrios; las escuelas libertarias; incluso un hospital gestionado horizontalmente por pacientes y profesionales en Grecia. Proyectos que si han fracasado en muchos casos ha sido por la violencia del estado o la falta de recursos, algo que realmente podemos afrontar si realmente nos decidimos a actuar para cambiar nuestras vidas. ¿No somos capaces de imaginar, de pensar colectivamente? ¿No podemos convivir y organizarnos al margen de un estado capitalista al que sólo le preocupan sus cuotas de dinero y poder? ¿Hace falta que nos digan cuáles son nuestras necesidades y lo que nos conviene?

Estamos convencidos y convencidas de que no hay alternativa; o luchamos por acabar con el capitalismo y somos solidarios o nos acabaremos peleando por las migajas que nos ofrezcan. Autoorganización, ocupación, liberación, resistencia y apoyo mutuo. Ésas son nuestras consignas.