PASACALLES FEMINISTA.

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Tomamos las calles hoy como ayer ya hicieron nuestras antepasadas para rebelarnos contra el control, la persecución y la falta de libertad sobre nuestros cuerpos y vidas.

Parecía que ya estaba asumido que las mujeres podíamos decidir sobre nuestro cuerpo, que la lucha de todas aquellas que en otras épocas se atrevieron a gritar contra la moral imperante, habían logrado caminar hacia la autonomía ,hacia la libre decisión de si se quiere ser madre o no, siendo esa decisión fruto del deseo. Pero nuestros cuerpos seguían siendo legislables por lo que tenían en su mano la ley para arrebatarnos estas pequeñas parcelas de libertad que nos concedieron, y ahora se plantea una ley en la que la maternidad es un castigo.

Esta ley nos sitúa en una realidad bien cercana a la del franquismo donde las mujeres eran consideradas menores de edad sujetas en todo momento al marido o al padre de familia. Ahora es el papa estado quién se otorga la potestad de aniquilar nuestros deseos, sueños, pensamientos, de suplantar nuestra personalidad, tratándonos a todas como un bloque indiferenciado, homogéneo y obligándonos a tener la misma respuesta ante la disyuntiva que supone el embarazo: la maternidad forzosa.

No solo quieren someter nuestra sexualidad, utilizándonos como máquinas productoras de futuros esclavxs al servicio del orden capitalista. Relegándonos al eterno papel de dulce ama del hogar, cuidadora de todxs a cambio de nada, sustentadoras de los efectos más crueles de la crisis. Quieren además que aceptemos dócilmente este ataque a nuestra libertad sexual, individual y social.

No vamos a decir que el anuncio de reforma de la ley del aborto nos sorprenda. La escalada de violencia estructural y represión golpea con fuerza cualquier expresión de autonomía y libertad para apuntalar el sistema patriarcal-capitalista en el que solo ganan unos pocos. Por ello, además de la ley del aborto que ataca a nuestros cuerpos, ponen en funcionamiento otros métodos de hostigamiento como son las nuevas leyes aun más represivas (ley mordaza). De esta manera, se persigue y penaliza cualquier acto de protesta que se nos ocurra: como las compañeras feministas que han sido detenidas y golpeadas por proclamar la libre decisión sobre sus úteros, como tantas y tantos estudiantes que salen a las calles ante el sistema educativo, como la vecina apaleada por intentar impedir un desahucio…

No nos damos cuenta pero poco a poco tenemos menos capacidad de pensar de manera diferente, de hacer las cosas sin que nadie nos dirija. No podemos ya ni caminar por las calles sin ser observadas, vigilados, estudiadas como ratas de laboratorio por la infinidad de cámaras que asoman por cada rincón de la ciudad. Se están cargando nuestra libertad y no hacemos nada ¿por qué? Tal vez porque nos hayan ganado la batalla y hayan conseguido instalar en nuestras mentes que nada se puede hacer; han conseguido naturalizar la sumisión como algo inevitable, por mas injusticias que sintamos, por más dolor que veamos a nuestro alrededor. Tal vez por eso, nos tragamos una y otra vez que esas leyes as hacen por nuestra seguridad, cuando sabemos que lo hacen para seguir manteniendo eternamente unos privilegios conseguidos gracias al sudor de todo el pueblo.

En nosotrxs está la fuerza para transformar nuestra realidad, construir vidas que merezcan la alegría de ser vividas , vidas sin dominación, sin control, sin patriarcado, sin autoridad, sin jerarquías, para nosotrxs y las futuras generaciones. Rompamos el miedo que nos paraliza y aísla, juntémonos con el resto de explotadas y enfrentémonos a lo que nos oprime y no nos dejemos someter mas.

¡FUERA LAS LEYES DE LOS CUERPOS DE LAS MUJERES! ¡ABAJO LA LEY MORDAZA!

¡SOLIDARIDAD CON LXS PRESXS POR LUCHAR! ¡Ni ESTADO, NI PATRIARCADO, NI CAPITAL!

¡DESOBEDIECIA CIVIL E INSUMISIÓN!